miércoles, 13 de octubre de 2010

Prisioneros del Che

Los heridos del ejército de Batista durante la ofensiva
sobre El Pedrero fueron entregados a la Cruz Roja
   El Comandante Ernesto Che Guevara llega al Escambray a mediados de octubre de 1958 con su columna No. 8 Ciro Redondo, después de recorrer unos 500 kilómetros durante 47 jornadas desde la Sierra Maestra.

   No habían transcurrido ni quince días cuando se hizo sentir la actividad de los recién llegados, quienes en unidad con otras fuerzas rebeldes actuaban en la zona. El cuartel del pequeño poblado de Güinía de Miranda resultó ser el primer objetivo.
   En horas de la noche del 26 de octubre se realiza el ataque. El cabo Maximiliano Juvier, al frente de la guarnición, recordaba después del triunfo revolucionario de enero de 1959:
   "El Che Guevara atacó con sus hombres y ¡en qué forma!... en un abrir y cerrar de ojos el cuartel casi nos cae encima. Un bazucazo tremendo estremeció todo aquello y yo dije; basta. Hicimos más de lo que podíamos, hay que rendirse. Cuando voy a pasar revista a mis hombres quedaban cuatro (uno muerto, dos muy graves y otro sano). Los demás saltaron la cerca de alambre como deportistas.
   "Personalmente entró el Che Guevara en el cuartel incendiado, destruido. Enseguida se interesó por mis heridos y ordenó que fueran atendidos con carácter urgente y según me dijeron después el propio Comandante Che Guevara curó a uno de mis hombres, al soldado Alberto Valera. Muy grave fue trasladado a La Habana y salvó la vida. Yo tenía antecedentes de la actitud del Ejército Rebelde hacia los prisioneros. Aquella noche lo comprobé..."
   El capitán rebelde Victor Bordón evocó, también, ese momento:  
   "En cuanto a los enemigos los soltó, explicándonos el respeto que había que tener por el ser humano y diciéndonos cómo sería implacable con cualquier abuso que alguien de la guerrilla pudiera cometer con los prisioneros."

LA CRUZ ROJA: VINCULO Y TESTIGO
   Un acta de la más humanitaria organización no gubernamental exponía: En Placetas a los once días del mes de diciembre de 1958 siendo las cinco de la tarde y previa convocatoria al efecto se reúne en sesión extraordinaria el Comité local de la Cruz Roja Cubana...
   ...Seguidamente el presidente informa lo siguiente: por la radio rebelde pedían urgentemente la presencia de la Cruz Roja para hacer entrega de varios heridos, todos soldados, esto fue el día 8 que después de los trámites y de darlo a conocer a las autoridades, las cuales salieron rumbo al Pedrero y después de recorrer varios kilómetros hicieron contacto con los rebeldes los cuales después de identificarlos les entregaron a los siguientes heridos soldados, Lenis, Vizcaino, Rosas, Montero y Quesada de lo cual se levantó acta. Después el doctor Guevara los saludó y les agradeció el acto humanitario que estaban realizando. Regresando el día 10 al campamento de Santa Clara donde los soldados heridos fueron entregados al capitán médico Enrique J. Díaz Guzmán bajo acta y el que también agradeció a la Cruz Roja Cubana brigada 21 el acto que terminaban de realizar.
   Ni los años transcurridos, ni la avanzada edad han borrado de las mentes del doctor Arturo Choy Chong y de Arnaldo García Pérez (El Currito) aquellos días de 1958 cuando en plena guerra contra la dictadura batistiana el Comandante Ernesto Guevara daba muestras de su sensibilidad.
   Choy se desempeñaba entonces como capitán en la brigada 21 de la Cruz Roja Cubana radicada en Placetas, y su compañero El Currito era sargento abanderado de esa institución.
   "Fuimos citados por el Che –recuerda el médico- para sostener una reunión en Santa Lucía, zona rural situada a unos 10 kilómetros de Cabaiguán y cercana al lomerío del Escambray. Junto a él se encontraban Rogelio Acevedo, Alfonso Zayas y otro reducido número de compañeros que no recuerdo ahora. Después de conversar largo rato me sugirió ayudar al Movimiento y le manifesté que desde hacía algún tiempo yo pertenecía, de manera clandestina, al 26 de Julio."
   La principal misión que les encomendó el jefe guerrillero fue la de recibir a los militares prisioneros heridos cuando la ofensiva de la tiranía sobre El Pedrero en la que participaron más de mil soldados batistianos apoyados por tanques y fuerza aérea, acción que fue derrotada en apenas cuatro días (se inició el 30 de noviembre y culminó el 3 de diciembre de 1958).
   "Me percaté -agrega Choy- de su gran sentido humano cuando me dijo: hay que respetar la vida de los prisioneros, y a los heridos hay que atenderlos porque independientemente del lado que han combatido son hombres que necesitan ayuda en momentos como estos."
   La guerra se intensificaba en las regiones oriental y central del país durante el último mes del ´58. En la segunda quincena caían en las manos rebeldes las ciudades y poblados, pero el sabor de la victoria nunca estimuló el abuso con los prisioneros.
   El Currito recuerda la preocupación del Che por la Cruz Roja cuando la toma de Fomento (del 16 al 18 de diciembre): "Se presentó en la escogida donde estábamos instalados para ver cómo andaban las cosas y me dijo: Aquí no puede haber nadie con armas largas. Que distinta aquella actitud a la del ejército de Batista, cuya aviación ametralló y agujereó nuestra bandera."
   Al referirse al combate fomentense el capitán Antonio Núñez Jiménez, de la Columna No.8, expuso: "El Che observa que entre los guardias rendidos hay algunos heridos y los lleva en una ambulancia al hospital del pueblo. El médico guerrillero los atiende personalmente, los alienta y a cada rato pide al chofer del vehículo, el teniente Hugo del Río, del Pelotón Suicida, acelerar la marcha para salvar sus vidas."
   Ni en los momentos de mayor tensión de la lucha armada el Guerrillero Heroico dejó de atender a las personas más vulnerables. Así lo prueban distintas manifestaciones, órdenes o mandamientos que hizo en medio de constantes acciones que no permitían ni el más breve asueto como en el preámbulo de la gran Batalla de Santa Clara.
   Pérez González, Comandante de la Dictadura y jefe de operaciones de Placetas informó al Tercer Distrito Militar sobre un "importante documento firmado por los jefes guerrilleros de Las Villas:
   "Territorio Libre del Escambray, diciembre 19, 1958. Sr Cmdte Jefe de Opns del Ejército. Placetas por conducto de la Cruz Roja Brigada 21 Placetas. Las Comandancias del Directorio Revolucionario 13 de Marzo y del Movimiento 26 de Julio han declarado ciudades abiertas a Fomento y Báez y por consiguiente ello implica la desmilitarización de las citadas y su administración por personal civil. Consideraciones de carácter humanitario, a las concedemos siempre primacía y de proyección revolucionaria nos mueve a esto brindándoles así a los vecinos de la zona un ambiente de paz propicio a sus quehaceres, resguardando las vidas de ancianos, mujeres, niños y civiles en general de los peligros de la guerra... Sírvase la Institución proceder en consecuencia de acuerdo con sus funciones. Atentamente. Firmado Dr Castillo, del Directorio Revolucionario".
   Seguidamente Pérez González explicaba: "Hay un cuño y la firma del Che que dice: Ejército Rebelde Comandante en Jefe de la Región de Las Villas por el Movimiento 26 de Julio".
   La conducta del Che (avalada por testigos vivientes y documentos) fue paradigma en el trato a sus adversarios y constituyó una prueba histórica evidente de su sentido humano.

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